Es común encontrar historias de fantasmas en aquellos lugares donde mucha gente ha muerto, como es el caso de los hospitales, y la siguiente historia viene de uno de ellos, específicamente del hospital que antes era conocido como la Policlínica del ISSEMYM, ubicado en el centro de la ciudad de Toluca, enfrente del parque de la Alameda.
Se cuenta que hace tiempo hubo un niño (como muchos otros) internado ahí, era el mes de enero, y esperaba una importante operación que habría de aliviar sus problemas de salud.
Exactamente el día de Reyes el niño debía entrar en quirófano para someterse a la operación, pero ilusionado con sus regalos de día de Reyes su madre sólo pudo ingresar al hospital una bolsa de canicas, que le dió esperando compensarlo un poco por la falta de juguetes nuevos, pero desgraciadamente el niñito ya no sobrevivió a la operación.
El tiempo pasó y el caso del pequeño paciente pronto se olvidó, como sucede con muchos otros que pasan por el hospital, pero varios trabajadores del lugar notaron que a veces una pequeña canica pasa junto a ellos sin que se vea a nadie jugar con ella. Se han dado casos en que las personas que se topan con la canica la guardan o la colocan en algún lugar específico, sólo para comprobar, un rato después, que la canica ha desaparecido.
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